Wednesday, April 29, 2015

Capítulo 3: Sarita se entera que está embarazada

MANSION ARISMENDI



Aurora al darse cuenta de que Alma ha fallecido, se alegra, sonríe malvadamente y se retira del cuarto muy satisfecha. Al poco rato llega Sarita, venía de la papelería, había comprado material para una tarea del colegio, sube a su cuarto a dejar las cosas que compró y luego va a ver su mamá

Sarita: Mami ¿Estás dormida? Despierta, es hora de tu medicina, mami.

Sarita insiste, pero como Alma no responde, cree que está muy dormida, entonces la mueve para despertarla, la voltea hacia a ella. ya que Alma estaba volteada de lado y al voltearla hacia ella se da cuenta que tiene los ojos abiertos y que no respira.

Sarita: (Brotándole las lágrimas) No, no, por favor mamita, dime que solo estás dormida, que vas a despertar y me vas a dar tu bendición como siempre lo haces todas las mañanas. Mira, me levanté muy tempranito para ir a la papelería, compré unas cosas para una tarea que va a contar el 50% de mi calificación, saldré muy bien en este semestre mamita chula y tu te pondrás feliz como siempre, me felicitarás por mis buenas calificaciones, luego festejaremos comiendo mucho pastel y mucho helado de chocolate hasta que nos duela la pansa ¿Verdad que sí mamita? Dime que sí por favor.

Sarita no quería admitir el hecho de que su mamá hubiera muerto, de que la dejara sola en ese infierno junto a su tía Aurora. Besa a su mamá, la abraza muy fuerte y por fin estalla con un grito desgarrador.

Sarita: (Inconsolable) ¡Nooooooooooooooooo! ¡Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡No me dejes sola!

Suelta el llanto, el cual es escuchado por Alberto que estaba terminándose de bañar, se viste inmediatamente y corre al cuarto de su tía ya que se da cuenta que el grito de Sarita provenía de ahí.

Alberto: (Entrando al cuarto de su tía Alma) Sarita ¿Qué sucede? ¿Por qué gritas de esa manera tan desgarradora?

Sarita: (Hecha un mar de lágrimas) Mi mamá, mi mamita, se murió mi mamita (Sin soltar el frío cuerpo de Alma)

Alberto: (Abrazando a Sarita) Se que es muy duro Sarita, pero piensa que ella ya está descansando, que ya no va a sufrir esos dolores tan fuertes que le pegaban con su enfermedad y que a veces ni los medicamentos se los podían calmar. Además ella te seguirá cuidando y bendiciendo desde allá arriba y yo también te cuidaré siempre Sarita, jamás te dejaré sola.

CASA DE LOS SALVATIERRA



Carlos sufre un fuerte dolor en el corazón debido a la discusión que acaba de iniciar con su padre.

Doña Claudia: (Muy angustiada) Irma, trae un vaso con agua por favor, rápido

Don Octavio: (Angustiado y arrepentido de lo que le dijo a su hijo) Ven hijo siéntate aquí. (Lo lleva hasta el sillón y lo sienta)

Carlos saca de la bolsa de su saco,  el frasco con las pastillas y se coloca dos debajo de su lengua, casi inmediatamente empieza a sentirse mejor.

Don Octavio: ¿Por qué no me habías dicho que estabas enfermo del corazón, hijo?

Carlos: ¿Cómo sabes que es del corazón de lo que padezco?

Don Octavio: No se te olvide que soy médico y esas pastillas colocadas debajo de la lengua son para problemas con el corazón.

Doña Claudia: Ay no hijo, por Dios, ¿Desde cuando estás enfermo?

Carlos: Hace tiempo mamá, por eso me salí de la casa para no tener más discusiones ya que el médico me dijo que debería evitarlas a toda costa, nada de impresiones fuertes.

Don Octavio: Pues con más razón debiste habernos dicho, Carlos, ya no hubiera seguido insistiendo con que fueras médico y hubiera aceptado lo que elegiste, literatura.

Carlos: Precisamente era lo que no quería papá, que solo por lástima de que estoy enfermo me aceptaras, quería que me comprendieras solo por el hecho de ser tu hijo y no por estar enfermo.

Irma, doña Claudia  y don Octavio se quedan viendo entre si, sintiéndose muy culpables los tres.

AL DIA SIGUIENTE/TARDE

MANSION ARISMENDI





Sarita, Alberto  Roberto, Aurora y la nana Panchita, venían llegando del panteón de dar cristiana sepultura a Alma. Sarita aún se encontraba muy devastada.

Aurora: (Muy alzada) Estoy cansadísima, me daré un baño antes de dormir, ven Sara, necesito que me ayudes a preparar el baño y tallarme la espalda.

Sarita: (Triste y cansada) Pero yo también estoy muy cansada tía, yo también pensaba darme un baño y recostarme.

Aurora: (Burlesca) No, no, no, nada de eso Sara, desde ahora en adelante si quieres seguir en esta casa y seguir en ese colegio tan caro donde estudias, tendrás que ganártelo, ya basta de que estés no más de floja y solo estirar la mano para que te den dinero para lo que necesites.

Sarita: (Sorprendida sin saber que responder) ¡Pero tía!

Aurora: Pero nada niña, ya lo sabes, así que vamos, andando

BARRIO LA MOSCA/CASA DE ELVIRA



Doña Chole: (Visitando a Elvira) Buenos días comadre, ¿Cómo amaneció hoy?

Elvira: (Encendiendo una veladora) Buenos días comadre, pásele a lo barrido, mire aquí le estoy prendiendo una veladora a la Virgencita de Guadalupe pa' que me haga el milagro de que el Chúmale encuentre trabajo, comadre, fíjese que salió bien tempranito a buscarlo.

Doña Chole: Ay comadre pues ojalá que sí que Diosito y la virgencita sí le hagan el milagro para que cuando mi ahijado nazca no le falte nada.

BARRIO LA MOSCA/EXT.



Don Eduardo: (Pepenando entre la basura y ve llegar a Chúmale) Oiga compadre pero que sonrisa trae mire nomás, se ve que le fue bien ¿Verdad?

Chúmale: (Feliz) ¡Sí compadre, vengo bien rete contento, figúrese que ya encontré chamba!

Don Eduarado: (Feliz también) ¡Ay que bueno compadre! Ahora sí que se le acabaron sus preocupaciones, ya puede estar tranquilo pa'cuando nazca su chilpallatito,

MANSION ARISMENDI



Llega el día lunes y tanto los gemelos Alberto y Roberto y Sarita se preparan para ir a clase

Alberto: Sarita ¿Ya estás lista? Te dejo de paso en el colegio.

Aurora: (Sin dar tiempo de que Sarita conteste) No hijo, váyanse yendo ustedes dos a la universidad, más tarde llevaré yo a Sarita al colegio, ella entra más tarde hoy.

Los gemelos se van a la universidad y Sarita queda a solas con Aurora, muy sorprendida del por qué su tía mintió.

Aurora: Sara, antes de irte al colegio necesito que me pongas un tinte en el pelo

Sarita: Pero tía ¿Por qué yo? Usted siempre ha ido al salón de belleza, yo no se aplicarlo muy bien, podría echarle a perder su cabello.

Aurora: (Determinante) Por la sencilla razón de que quiero que seas tú, quien me lo aplique ¿Entendido? Vamos al baño, ahí tengo todo listo.

Sarita que no le queda de otra va con su tía y empieza a preparar la solución, cuando apenas empieza a aplicarla ...

Aurora: (Histérica pega un grito) Pero ¿Qué haces estúpida? ¡Me vas a quemar el cabello con todo y cráneo! ¡Me está ardiendo mucho!

Sarita: (Asustada) Lo siento tía pero yo le dije que no tenía experiencia en esto.

Aurora: (Furiosa) ¡Es el colmo! ¡Ahora tienes el descaro de decir que yo soy la culpable! Pero ahora verás

Sarita: (Demasiado asustada) ¿Qué va a hacer tía? Por favor suélteme.

Aurora la toma por la fuerza y con unas tijeras que estaban ahí cerca, le empieza a cortar el cabello a Sarita dejándola toda tusada

Sarita: (Llorando) No tía, por favor, no haga eso, se lo suplico.

Aurora: (Después de haber dejado casi sin cabello a Sarita) ¡Ahora sí, lárgate al colegio! Y tomas el autobús ¿Eh? Porque ni sueñes que después de lo que me hiciste con el tinte en mi cabello, te lleve yo en el auto.

Sarita sale llorando del baño, va hacia su cuarto y se coloca una pañoleta en la cabeza para que nadie vea el horrible cabello que le ha quedado, pero Aurora le arranca la pañoleta y le dice...

Aurora: (Con mucha maldad) ¿Para qué te pones esto? ¿Para no verte fea? Jajaj si de todos modos eres horrible ¿Qué no te has visto en un espejo?

Sarita sale llorando de su casa ya sin importarle nada, toma el autobús que la deja cerca del colegio y la gente se le queda mirando por su cabello, ella trata de ignorar a la gente y ve su reloj, se da cuenta que ya perdió dos clases y que apenas está a tiempo para llegar a la tercera, justo la de literatura, la clase que imparte el profesor Carlos.

COLEGIO MUÑOZ 



Sarita:(Llegando a la puerta del salón de clases muy apenada, tanto por llegar tarde, como por su cabello) ¿Puedo pasar profesor?

Carlos: (La mira sorprendido) Sí, sí claro tome asiento por favor, acabamos de empezar la clase

Todos al verla sueltan la risa burlándose.

Carlos: (Muy molesto) ¡Silencio!

Una alumna atrevida: (Con burla) Sí claro como ella es su alumna favorita.

Carlos: No señorita, está usted muy equivocada, yo no tengo ningún alumno ni alumna favorita y el mismo respeto que exijo para la señorita Arismendi, lo exijo para todos y cada uno de ustedes, nadie tiene por qué burlarse de nadie. ¿Entendido?

Una hora más tarde, la clase termina y Carlos invita nuevamente a Sarita a la cafetería del colegio..

Carlos: (Muy intrigado) Sarita ¿Que le pasó a tu cabello?

Sarita: (Llorando) Fue mi tía

Carlos: ¿Cómo? ¿Pero como se atrevió?

Sarita: (Rompiendo en llanto) Carlos, mi mamá se me murió

Carlos: (Muy conmovido, abraza a Sarita) Sarita lo siento mucho, pero debes ser fuerte.

Sarita: No puedo Carlos, no puedo, si antes mi vida era un infierno con mi tía Aurora , ahora sin mi mamá todo es mucho peor, ya no puedo más.

Sarita le cuenta a Carlos todas las humillaciones que le ha hecho su tía desde que su madre murió.

Carlos: No, esto no puede seguir así y lo malo es que eres menor de edad. Tal vez si yo voy y hablo con tu tía... (Lo interrumpe Sarita)

Sarita: No, ni se te ocurra, no conoces ni tienes idea como es mi tía, te lo agradezco en el alma que me quieras ayudar pero no, todo se complicaría aún mas. Bueno tengo que volver al salón de clases, me toca historia.

Carlos: Sí yo también tengo que continuar dando clases, me toca el II F. ¿Oye que te parece si nos vemos a la hora de la salida y te llevo a tu casa?

Sarita: (Sonriendo un poco) Está bien Carlos, muchas gracias.

MANSION ARISMENDI



Los gemelos llegan de la universidad

Roberto: Me muero de hambre

Aurora: Sí mi amor, enseguida le digo a Panchita que nos sirva la comida

Alberto: ¿Y Sarita, no ha llegado del colegio?

Aurora: No se ni me importa, ni modo que la esperemos para comer.

Alberto: Pues yo si lo haré, estaré en mi cuarto hasta que ella llegue.

Panchita: (Sirviendo de comer a Aurora y Roberto) Disculpe señora, el joven Alberto y la señorita Sara ¿No van a comer?

Aurora: (Con despotismo y sarcasmo) Pues acaso ¿Qué no estás viendo que no están sentados a la mesa?

Panchita: (Avergonzada) Disculpe señora, preguntaba para ver si ponía o no otros cubiertos, con permiso.

Panchita se retira a la cocina y Alberto sigue en su habitación asomándose por la ventana para ver cuando llegue Sarita, cuando en eso ve llegar un auto y de él baja Carlos, da la vuelta y muy caballero le abre la puerta del auto a Sarita, se despiden de beso en la mejilla y Sarita entra a la casa y Carlos se va en su auto. Alberto está muy molesto aunque él mismo no entiendo por qué y baja corriendo las escaleras para encontrar a Sarita y ...

Alberto: (Muy enojado) ¿Quién es ese hombre con el que te besaste?

Sarita: (Extrañada) ¿Qué te pasa Alberto? ¿Por qué me hablas así? ¿O acaso eres Roberto? (Dudosa)

Alberto: Claro que no, soy yo Alberto y no me contestes con otra pregunta, dime ¿Quién era ese hombre?

Sarita. Es mi maestro de literatura.

Alberto: ¿Y por qué te trae en su auto y te besa?

Sarita: Hablas de ese beso como si fuera un beso de pareja, de amor, en los labios y solo fue un beso de amigos, en la mejilla, él es mi amigo, me ha apoyado mucho.

Alberto: (Celoso) Ah, ya veo, no te basta con mi apoyo y te consuelas con ese ¿No?

Sarita: Ya basta Alberto, no me gusta que me hables en ese tono, nunca antes lo habías hecho, pareces un padre o un hermano celoso.

Alberto:Pues no soy tu padre ni hermano pero sí soy tu primo y es mi deber cuidarte, que no ves que hay hombres que se aprovechan de las jovencitas ingenuas como tu.

Sarita: Ya te dije que él es mi amigo, mi maestro, es una buena persona, no tiene ninguna mala intención conmigo y si acepté venirme con él en auto es porque me daba vergüenza venirme en autobús y que toda la gente se burlara de mi por mi cabello.

Alberto: (Que por los celos no se había dado cuenta) Oye ¿Qué te hiciste en el cabello?

Sarita: ¿Hiciste? Me hizo, tu mamá

Alberto. (Extrañado) ¿Mi mamá? ¿Por qué?

Sarita: Porque me odia, según ella por ser negra y aprovecha toda oportunidad para hacerme daño.

Sarita llora de nuevo y sube corriendo a su cuarto, se ha quedado sin comer, tampoco Alberto lo hizo, se le fue el apetito primero por los celos y después por darse cuenta como es su madre de malvada.

Así pasaron varios días, las humillaciones de Aurora hacia Sarita eran constantes, Sarita ya hasta se estaba acostumbrando, ya no lloraba, se le había formado una especie de masoquismo.

UNIVERSIDAD



Sarita había decidido darle una sorpresa a Alberto yendo a la universidad a la hora de salida, pero la sorprendida fue ella.

Sarita: (Viendo a lo lejos a Alberto besarse con Irma) Pero ¿Qué está haciendo Alberto con la estúpida de Irma? Mejor me voy de aquí.

MANSION ARISMENDI 



Sarita iba llegando a su casa muy celosa por ver a Alberto con Irma y en eso Aurora le llama

Aurora: Que bueno que ya llegaste, tienes que ayudarle a Panchita en todo, la cocina, la limpieza de la casa, que todo quede impecable porque esta noche vendrán algunos invitados a celebrar mi cumpleaños

Sarita: ¿Vas a hacer una fiesta de cumpleaños tía? Pero si mamá apenas acaba de cumplir un mes de fallecida.

Aurora: ¿Y eso qué? A tu madre déjala ya descansando en paz, hoy festejaré mi cumpleaños como nunca y ya sabes ve a la cocina con Panchita para que te diga todo lo que tienes que hacer.

Panchita: (Que estaba cerca escuchando llega) Disculpe señora Aurora pero le quería preguntar si no puede admitir a mi nieta para que venga a ayudarme con los quehaceres de la casa, ella anda buscando trabajo y pues yo pensé que sería buena idea que usted la... (La interrumpe Aurora)

Aurora: Tu no pienses, no quiero a ninguna extraña aquí en mi casa, anden las dos a la cocina y no pierdan más tiempo que la fiesta empezará a las 7 de la noche y para entonces quiero que esté todo listo, tienen que preparar una cena exquisita y claro no deben olvidar los bocadillos y bebidas.

La noche llega, la casa está muy lujosa, con muchos invitados, en la cocina Sarita junto con Panchita acabando de preparar todo. Aurora ordena que ya  Sarita sirva las bebidas. Ella va y las lleva en una charola, les va entregando su bebida a los invitados muy bien, pero al llegar con Aurora, ésta apropósito le da disimuladamente a la charola un empujoncito para que se le caiga todo a Sarita.

Aurora: (Fingiendo indignación) ¡Pero muchacha, que inútil que eres! ¡Mra nomás lo que has hecho! Anda ve por el trapeador y recoge todo esto.

Panchita que se ha dado cuenta, empieza ella a recoger todo y Aurora le dice...

Aurora: No Panchita, deja eso, ella lo tiro, que ella lo recoja, tu vete a la cocina y empieza a servir la cena.

Alberto se da cuenta y va y ayuda a Sarita a recoger todo.

Alberto: Deja Sarita yo te ayudo.

Sarita: (Enojada) No, déjame, no necesito tu ayuda.

Alberto: (Extrañado y de todos modos termina de recoger y luego se lleva a Sarita al jardín) ¿Qué te pasa Sarita, yo que culpa tengo de lo que mamá te ha hecho?

Sarita: No veo por qué pierdes el tiempo aquí conmigo en vez de estar atendiendo a tu novia.

Alberto: (Extrañado) ¿Mi novia?

Sarita: Sí Irma, te vi con ella en la universidad, fui por ti a la hora de la salida, quería darte una sorpresa pero la sorpresa me la llevé yo, como no me habías contado que ya tenías novia.

Alberto: Ella no es mi novia, está mal que yo lo diga pero fue ella quien me robó el beso y me confesó que hace mucho está enamorada de mi.

Sarita: ¿Así? Y supongo que a ti también te gusta ¿No?

Alberto: No, yo le dejé muy claro que me cae bien como amiga pero que no le puedo corresponder porque ...

Sarita: ¿Por que qué?

Sarita y Alberto se quedan viendo a los ojos, como queriéndose decir con la mirada lo que no se atreven a decirse con palabras, en eso llega Roberto y los interrumpe.

Roberto: Ven carnal, unas amigas te quieren conocer.

Sarita se incomoda y se va a la cocina a seguir ayudando a Panchita y se queda pensando.

Sarita: (Pensando) ¿Qué me está pasando con Alberto? ¿Por qué me dio tanto coraje verlo besar a Irma? Y además a él también le dio coraje verme con Carlos y su forma de mirarme, no, no, no puede ser, él y yo somos primos hermanos, no podemos querernos de otra manera.

VARIOS DIAS DESPUES




AUTO DE CARLOS


Carlos: Sarita, te invito este fin de semana a cenar a casa de mis padres, les he hablado mucho de ti y quieren conocerte.

Sarita: ¿Y estará también Irma, tu hermana?

Carlos: Sí, lo más probable, no sabía que la conocías.

Sarita: Ella está en el mismo salón de clases de mis primos.

Carlos: A que bien, entonces supongo que son amigos ¿No?

Sarita: Pues la verdad ella sí es amiga de mis primos pero yo no le caigo bien.

Carlos: ¿Por qué dices eso?

Sarita: Siempre que ve me ignora, nunca me saluda y cuando va a la casa me trata igual que mi tía, como que yo fuera la chacha.

Carlos: Caray, no lo sabía, jamás pensé que mi herrnana fuera así, hablaré con ella pero por favor acepta mi invitación ¿Si?

Ellos llegan a la casa de Sarita, Carlos como siempre muy caballero se baja del auto y le abre la puerta a Sarita y se despiden con un beso en la mejilla.

Carlos: ¿Entonces qué, aceptas la invitación?

Sarita: (Sonríe ) Sí, está bien.

Carlos: Ok, entonces el domingo vengo por ti, a las 7 ¿Está bien?

Sarita asiente con la cabeza y le da otro beso en la mejilla y se mete corriendo a su casa. Carlos sonríe y se ve en su auto.

Adentro estaba Alberto que había visto todo desde la ventana de la sala y solo la ve y mueve la cabeza en señal de negación. Sarita no le dice nada y se va a su cuarto.

Llega el día domingo y Carlos lleva a Sarita a la casa de sus padres, Irma no quiso estar presente.

CASA DE LOS SALVATIERRA




Carlos: Papá, mamá les presento a Sarita. Sarita ellos son mis padres.

Sarita: (Tímida) Mucho gusto señores

Doña Claudia: ¡Mucho gusto hija, eres tan linda tal y como me lo dijo mi hijo!.

Sarita: (Avergonzada y emocionada) Muchas gracias señora, es usted muy amable

Don Octavio: Según lo que nos ha contado mi hijo, eres muy inteligente.

Sarita: Ay muchas gracias señor, ya no sigan por favor que me voy a poner roja.

Claudia: (Sonríe) Pero pasa hija en un momento más la cena estará lista.

MANSION ARISMENDI



Aurora: (Sentada a la mesa junto con sus dos hijos) Mira Alberto antes de que vayas a empezar como siempre a preguntar por Sara, te diré que no la vamos a esperar a cenar, ella se fue a cenar con ese hombre con el que anda.

Alberto: Sarita no anda con ningún hombre

Roberto: Ya bájale Alberto, siempre defendiendo a la negra esa, que desde que murió mi tía Alma ella se volvió una descarada y no me vas a decir que no te has dado cuenta que anda con el maestrillo ese, el hermano de Irma.

Alberto: Ustedes dos siempre tienen que arruinar todo a la hora de comer.

Alberto se va a su cuarto muy molesto y se queda pensando en que si será verdad que Sarita anda con Carlos.

CASA DE LOS SALVATIERRA




Sarita la pasó muy bien en la cena, pues los padres de Carlos la trataron muy bien. Estaban despidiéndose cuando de repente Sarita sufre un desmayo. Carlos la toma inmediatamente en brazos para que no caiga al suelo y la recuesta en un sillón, don Octavio va rápido por su maletín y trata de volverla en sí dándole a oler alcohol  y le coloca una mascarilla de oxígeno. Sarita vuelve en sí, don Octavio le toma el pulso y la examina con su estetoscopio.

Don Octavio: ¿Ya te había pasado esto antes, muchacha?

Sarita: No, nunca antes me había desmayado, no se que me pasó, de repente me sentí muy mareada

Carlos: Ha de ser de que su tía la hace trabajar demasiado, peor que a una criada y además ni duerme ni come bien

Don Octavio: Pues eso está muy mal, tienes que cuidar tu salud, es mas ahorita mismo vamos para la clínica, que te hagan exámenes de todo a todo, no vaya a tratarse de una anemia y si no te atiendes a tiempo se complica.

CLINICA SALVATIERRA

Después de varios estudios y análisis que le realizan a Sarita, le dan el resultado a ella que está acompañada por Carlos.

Doctor: (Creyendo que Carlos y Sarita son pareja) ¡Felicidades¡ Señora está usted embarazada.

CONTINUARÁ...

Escrito por Gloria Amparo

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