Friday, May 8, 2015

Capítulo 8: Sara está cerca de su hijo

CLINICA SALVATIERRA/LABORATORIO






Alberto se lleva a Angelito al laboratorio y le pide ayuda a un compañero de trabajo, un médico, ya que él solo es químico, pero inmediatamente le toma una muestra de sangre al niño para averiguar que es lo que le está produciendo tanta fiebre.

Alberto: (Hablándole al primer doctor que ve pasar por el pasillo) Dr. Quiñones, ¿puede venir por favor al laboratorio? Se trata de una emergencia.



Dr. Quiñones: (Entrando al laboratorio) Dígame Ing. Químico Arismedi ¿Qué sucede? ¿Cuál es la emergencia?

Alberto: Mire, lo que pasa es que llegó un señor de escasos recursos con su hijo, que es este niño que tengo aquí (Señalando al niño que está recostado en una camilla) y está ardiendo en fiebre y en emergencias no se lo querían recibir porque al parecer no trae ninguna documentación del pequeño, ni cartilla de vacunación ni acta de nacimiento ni nada, pero yo considero que tenemos que atenderlo y después averiguamos, yo me hago responsable, solo que necesito la ayuda de un médico que lo revise.

Dr. Quiñones: No se preocupe, yo también considero que hay que atenderlo aunque no tenga carnet de identificación, sobre todo tratándose de un niño (Empieza a auscultarlo).

Alberto: Gracias Dr. Quiñones, le repito que yo me hago responsable, hablaré directamente con el doctor Salvatierra para que usted no vaya a tener ningún problema y ahora voy examinar esta muestra de sangre del paciente.

CLINICA SALVATIERRA/RECEPCION





Señorita encargada: (Tratando de ser lo amable y paciente posible) A ver señor, mire le explico, el carnet que le estoy pidiendo del niño es la tarjeta que él debe tener de citas aquí en el hospital, ahora si usted dice que es la primera vez que viene aquí, entonces debe entregarme la cartilla de vacunación del niño, donde se encuentran todos sus datos y así yo poder crearle su carnet al pequeño. ¿Me explico?

Don Eduardo: Sí señorita, usted sí se explica bien, lo que pasa es que tampoco tengo la cartilla de vacunación del niño.

Señorita recepcionista: ¿La perdió acaso?

Don Eduardo: (Dudando y tartamudeando) Eh.. sí, eso es, la perdí (La verdad es que no tiene ningún documento del niño)

Señorita: Bueno, no se preocupe, aquí le podemos entregar otra, pero por favor guárdela muy bien, que no se le vuelva a extraviar ya que sin ella el pequeño no podrá ingresar a la escuela, solo necesito el acta de nacimiento del niño por favor.

Don Eduardo: Este.. yo (No halla que inventar y en eso se aparece Sara)

Sara: (Sorprendida de ver a don Eduardo ahí) ¡Don Eduardo! ¿Qué hace usted aquí? No me diga que se siente mal.

Don Eduardo: (Sintiendo un gran alivio) Ay señorita Sara, figúrese que se me puso muy mal mi chamaquito, tiene varios días con fiebre y el medicamento que me dieron en la farmacia ya no le hace efecto y lo peor es que no tengo dinero para curarlo ni tampoco tengo ningún documento que me están pidiendo aquí y se me va a morir mi chamaquito (Suelta el llanto)

Sara: (Abrazando a don Eduardo) Tranquilo don Eduardo, pero dígame ¿Dónde está el niño ahora?

Don Eduardo: Un doctor se le llevó allá pa' dentro a revisar, dijo que él se haría responsable, que lo iba a checar mientras la recepcionista me tomaba los datos, pero no tengo nada, ningún documento ni dinero como ya le dije antes señorita (sollozando)

Sara: A bueno, para que vea, su niño ya está siendo atendido que eso es lo que importa ya verá como pronto se curará y andará por ahí haciendo travesuras de nuevo, por el dinero no se preocupe don Eduardo, usted trabaja de jardinero en mi casa, por lo tanto tiene derecho tanto usted como toda su familia a ser atendidos en esta clínica sin costo alguno.

Don Eduardo: (Suspirando muy aliviado) ¿De verdad señorita? ¡Es usted tan buena! Se lo agradezco tanto, Dios me la bendiga siempre.

Sara: Gracias don Eduardo por sus bendiciones, pero no tiene nada que agradecerme, es su derecho laboral como empleado que es. Ahora dígame ¿Por qué dice que no tiene ninguna documentación del pequeño? No me diga que se quemó su casa con todos los documentos importantes, típico.

Don Eduardo: Sí, eso es, parece usted adivina jeje (Miente por miedo)

Sara: No hay ningún problema don Eduardo, hoy en día todo es más fácil con el sistema de cómputo, aunque usted pierda los documentos importantes como son actas de nacimiento, de matrimonio, títulos de propiedad de bienes inmuebles, etc. no hay ningún problema, solo tiene que ir al registro civil y pedir una copia, es más hay cajeros automáticos, usted solo da sus datos, coloca los billetes y monedas para pagar e instantáneamente sale el acta.

En eso sale el doctor Quiñones.



Dr. Quiñones: ¿Familiares del niño Angel...?

Don Eduardo: Yo doctor, yo soy el padre de Angelito el niño que acaba de ingresar.

Dr. Quiñones: ¿Usted es el señor que no tiene ningún documento de un niño como de 6 años, que llegó aquí con fiebre?

Don Eduardo: Sí doctor, el mismo, dígame por favor como sigue mi hijo.

Dr. Quiñones: Pues ya logramos bajarle la fiebre, pero el niño se tendrá que quedar aquí internado para seguirlo atendiendo, le haremos muchos estudios mas hasta saber qué fue lo que le provocó dicha fiebre ya que está bien de su garganta, anginas, estómago, así que tenemos que seguir estudiándolo. 

Don Eduardo: Ay pobrecito mi niño, ha de estar muy asustado, él nunca había estado en una clínica, nunca se me había enfermado de nada, seguro ha de estar hasta chillando al saber que se tiene que quedar.

Dr. Quiñones: No se preocupe señor, el niño es muy listo, al principio sí que estaba mal, nos asustó bastante porque no hablaba ni nada, pero ya cuando la fiebre cedió, empezó a hablar como los pericos y más cuando le trajeron sus frutas y cereales y ya nos dijo su edad y su nombre pero no se acordó de su apellido 

Don Eduardo:(Contento) Así que ya comió y toda la cosa, no pues entonces en vez de estar asustado debe estar feliz de que se tiene que quedar. (Los tres ríen)

MANSION ARISMENDI/CUARTO DE AURORA 





Mario: (Entrando sin permiso a la habitación) Hola mi princesa, ¿Ya te sientes mejor?

Aurora: (Enojada) ¿Cuántas veces quieres que te diga que no te tomes esas confiancitas, de entrar sin tocar y llamarme tu princesa?

Mario: (Riendo con burla) Ah veo que ya estás bien, me alegro, según escuché de tus hijos y Panchita, estabas muy mal, como tramautizada. pero veo que exageraron, sigues siendo la misma enojona de siempre.

Aurora: Cállate, ninguno de ellos exageró, realmente me puse muy mal, solo que ellos creen que es porque sufro de claustrofobia, que me puse tan mal solo por quedarme encerrada en el baño del hospital, pero no fue así, te lo diré porque a alguien se lo tengo que contar o me volveré loca.

Mario: Dime, mi princesa, te escucho.

Aurora: Ahí en el baño, cuando la puerta se cerró de repente y no la podía abrir, se me apareció una mujer, con una cara horrible, diabólica, gritándome que le devolviera a su hijo, el techo y las paredes del baño se llenaron de sangre y la mujer cada vez estaba más cerca de mi, casi me agarraba cuando en eso llegó Alberto y abrió la puerta, me preguntaba que me pasaba pero yo no podía hablar.

Mario: (Soltando una tremenda carcajada) Jajajajajajajaja ay mi princesa jajajajaja

Aurora:(Furiosa) ¿De qué te ríes? Estúpido.

Mario: Pues ¿De qué va a ser mi princesa? Ahora sí que te volviste loca.

Aurora: ¡NO! No estoy loca, lo que te cuento no fue mi imaginación, fue real, te lo juro

Mario: ¿No será tu conciencia? ¿Por aquello que me contaste de que abandonaste a un recién nacido en un basurero?

Aurora: (Fingiendo) Jajaja ahora si que me hiciste reír, no me digas que me creíste esa broma que te dije jajaj

Mario: Estabas muy tomada ese día que me lo contaste, pero como dice el dicho, los niños y los borrachos, dicen siempre la verdad.

En eso entra Panchita.



Panchita: Disculpe señora, vengo a preguntarle si no se le ofrece nada, voy a salir al mandado, es hora de surtir la despensa.

Aurora: No Panchita, gracias, en lo personal ahora no se me ofrece nada y por lo de la cocina y todo lo de más de la casa, pues tu sabes mejor que yo que es lo que hace falta.

Panchita: Está bien señora, con permiso entonces. (A Mario) Y tu vente muchacho que tu me vas a llevar en el auto.

Mario: Sí claro, vamos Panchita (A Aurora) Con permiso señora.

Mario y Panchita se van al super mercado a realizar las compras y Aurora se queda sola, ya que Alberto está en la clínica trabajando y Roberto nadie sabe nunca dode anda, pero aquí entre nos, anda también en la clínica pero no trabajando sino buscando a Toña, es un mujeriego de lo peor.
  
CLINICA SALVATIERRA/CONSULTORIO DEL DR. OCTAVIO SALVATIERRA




Alberto: Como le decía Dr. Salvatierra, le pido disculpas por favor, por mi atrevimiento de ingresar al niño sin tener carnet, lo que pasa es que sí lo vi muy grave y al padre muy angustiado, pero yo me haré responsable económicamente.

Dr. Octavio: No se preocupe Ing. Químico Arismendi, hizo usted muy bien, se supone que para eso estamos los médicos y todos los hospitales, para ayudar a todos los pacientes sin importar sus condiciones sociales, pero desgraciadamente hay clínicas donde si no tienes para pagar la consulta, no te atienden.

Alberto: Sí, lamentablemente así es. Ah también quería decirle que le pedí al Dr. Quiñones que por favor me ayudara con el niño, digo para librarlo a él de cualquier responsabilidad.

CLINICA SALVATIERRA/RECEPCION




Sara: Es mas don Eduardo, mire usted me da todos sus datos y yo le saco el acta de nacimiento del niño y la de usted también ya que supongo que también se le ha de haber quemado ¿No?

Don Eduardo: (Solo para sallir del paso) Sí señorita Sara, así es, yo al ratito le doy todos mis datos, muchas gracias, es usted tan amable, ahora lo que quisiera saber es si puedo entrar a ver a mi niño.

Dr. Quiñones: Sí claro señor, puede pasar a verlo, venga conmigo para indicarle donde está la habitación de Angelito 

Sara: Yo al rato voy para conocer a su hijo, don Eduardo, ahora voy con mi suegro para entregarle unos reportes clínicos.

CLINICA SALVATIERRA/CONSULTORIO DEL DR. OCTAVIO SALVATIERRA




Dr. Octavio Salvatierra: Sí está bien, Ing. gracias por avisarme y lo felicito tanto a usted como al doctor Quiñones por haber hecho lo correcto.

En eso tocan la puerta, es Sara.

CLINICA SALVATIERRA/PASILLO




Toña: Doctora Salvatierra, disculpe usted, la solicitan en pediatría, acaban de ingresar a una niña que fue mordida por un perro.

Sara: ¡Dios mío! Gracias por avisarme enfermera Antonia.

Sara se va a su consultorio a atender a la  niña.

CLINICA SALVATIERRA/CONSULTORIO DEL DR. OCTAVIO SALVATIERRA


Dr. Octavio: (Al escuchar que tocan la puerta) Sí adelante.



Alberto: (Se pone de pie para retirarse) Bueno doctor, muchas gracias por su atención, consideración y felicitación (sonríe), eso era todo, me retiro al laboratorio a seguir con mi trabajo, con su permiso.

Dr. Octavio: (También se pone de pie para abrir la puerta) Gracias a usted Ing. Iré a ver quien tocaba.

Alberto se va del consultorio y el doctor Octavio se asoma hacia el pasillo para ver quien tocaba pero ninguno de los dos logra ver a Sara, pues ella corrió a atender a la niña mordida por el perro.

MANSION ARISMENDI/HABITACION DE AURORA




Aurora: fui una tonta al confiarle a Mario lo del chamaco que abandoné en el basurero, ahora tendré que convencerlo de que solo era una broma. ¿Tendrá acaso él razón en lo que dice de mi consciencia? No, claro que no, lo del baño fue real, no fue mi imaginación, seguro ahí murió una mujer con todo hijo recién nacido y se aparece en los baños del hospital.

Aurora prefiere pensar en que los fantasmas sí existen, a reconocer que ella hizo muy mal, una tremenda maldad al tirar a su propio nieto a la basura y que Mario podría tener razón al decir que es su propia consciencia la que la hizo ver a esa mujer en el baño de la clínica.

CLINICA SALVATIERRA/ESTACIONAMIENTO




Es la hora de salida de Toña, ella sale por el sótano que es donde se encuentra el estacionamiento, ella no tiene auto, pero sale por ahí ya que sale directo a la calle por donde pasa su autobús para ir a casa. En eso la ve Roberto que la estaba esperando dentro de su auto.

Roberto: Hola preciosa ¿Ya te vas? Yo te puedo llevar en mi auto.

Toña: (Por un lado le da gusto pero por otro no haya que hacer porque no quiere que Roberto se de cuenta de que ella vive en esa colonia La Mosca, le da vergüenza) Gracias pero no tarda en pasar mi autobús,

Roberto: (Insistente) Andale, no seas penosa, si no quieres que te deje en tu casa para que no te regañen tus padres, pues te dejo cerca

Toña:(Se le viene una idea a la cabeza, mentir sobre la colonia) Bueno está bien, gracias. 

Ella sube al auto de Roberto y le dice que vive en la colonia "Apolo"

Roberto: ¿Todos los días sales a esta hora de la clínica? 

Toña: Sí y los viernes salgo a las 9:00 de la noche.

Roberto: Mmm un poco noche ¿No? Una chica tan linda como tu no debería de andar tan noche esperando el autobús, te puede salir un loco maniático y abusar de ti ¿No te da miedo?

Toña: Claro que sí, no creas, pero pues ¿Qué puedo hacer? Apenas tengo casi  dos años  de trabajar aquí en la clínica, así que todavía falta algo de tiempo para poder comprarme un carrito.

Roberto: Bueno pues mientras llega ese día yo puedo pasar por ti todos los días (Le sonríe coquetamente y le guiña el ojo a Toña, cosa que a ella la derrite)

Platican de todo y de nada a la vez, de repente Toña pensando que si siguen más adelante en esa colonia que ni siquiera conoce bien, se va a perder, decide decirle a Roberto:

Toña: Bueno, aquí me bajo, muchas gracias por el aventón ¿Eh?

Roberto: (Deteniendo el auto) Bueno ¿Y cuál de todas estas casas es donde tu vives?

Toña: No, la verdad es que mi casa queda a una cuadra más adelante, pero como tu mismo dijiste, me da miedo que mi mamá me vaya a regañar por aceptar aventones de desconocidos.

Roberto: A pero yo no soy ningún desconocido, somos amigos ¿No?

Toña: Bueno en realidad esta es solo la segunda vez que nos vemos y para mi mamá sí eres un desconocido, por eso mejor aquí me bajo antes de que me vayan a ver, gracias (Le da un beso en la mejilla a Roberto)

Roberto: (Dándole también un beso en la mejilla) Nos vemos mañana preciosa. (Le guiña el ojo)

Toña se baja del auto y en cuanto ve que Roberto arranca, ella busca un taxi, por fin pasa uno y ella le hace la parada.

Toña: (Pensando) Me salió más caro que me hayan dado raite, ahora tendré que pagar taxi en vez de autobús pero ni modo que permitiera que él me llevara hasta el barrio.
 
MANSION ARISMENDI/HABITACION DE AURORA 




Aurora trata de servirse agua y descubre que la jarra está vacía.

Aurora: (Molesta) ¡Maldición! Me muero de sed y no hay ni una sola gota de agua, pero debo reconocer que fue mi culpa, pues Panchita me preguntó si no se me ofrecía nada antes de irse, bueno ni modo, tendré que ir yo misma a la cocina por agua.

Aurora sale de su habitación, baja las escaleras, hay un silencio total, llega a la cocina, se sirve agua en un vaso, lo bebe de un solo trago y decide llevarse a su cuarto toda la jarra, sube las escaleras, se dirige a su habitación y en cuanto abre la puerta se le cae la jarra de agua al piso, pues se queda espantada al ver de frente en el espejo, un mensaje escrito con letras rojas como si fuera sangre. El mensaje dice: " Devuélveme a mi hijo" . Aurora grita histérica y se deja caer al piso cortándose con los vidrios de la jarra que se quebró al caérsele de las manos, en eso llega Roberto a la mansión, que al escuchar los gritos de su madre, sube las escaleras y ve a su madre ahí tirada.





Roberto: ¿Qué te pasa mamá? ¿Por qué gritas así? (Se da cuenta que está sangrando) ¡Oh Dios! (La toma en sus brazos y la lleva a su cama) Ahora vengo, voy al baño por alcohol y vendas.

Aurora: (Muy asustada) ¡NOOOO! No me dejes sola, mira (Señalando al espejo)

Roberto: (Volteando a ver el espejo pero no ve nada raro) ¿Qué mamá? ¿Qué pasa ahí?

Aurora: Hace rato, en el espejo. había un mensaje escrito con sangre

Roberto: (Incrédulo y enfadado) Ay mamá ya vas a empezar otra vez, ¿Sabes que? Me voy a mi cuarto, estoy muy cansado.

Aurora: No por favor Roberto, no me dejes aquí, bueno acompáñame al baño para que me ayudes con mis cortadas por favor.

BARRIO LA MOSCA 




Doña Chole: (Viendo llegar a su hija en un taxi) Y ahora ¿Por qué llegas en taxi en vez de en autobús?

Toña: (Mintiendo) Ah mamá es que se me hizo tarde y ya no alcancé el autobús, por eso tuve que tomar taxi, pero valió la pena porque no me venía hasta ver que pasaba con Angelito y él ya está mejor.

Doña Chole:(Feliz) Ay qué bien mija, pero ¿Por qué no ha llegado don Eduardo con él todavía?

Toña: Bueno es que lograron bajarle la fiebre, por lo tanto está fuera de peligro, pero se quedó internado para observación.

Doña Chole:(Mortificada) Ay Dios mío, ojalá no vaya a ser nada grave, pobre de mi niño, tan lindo que es, tan inteligente, buen muchachito.

Toña: Así es mamá, le pediré mañana al director o a la doctora Salvatierra que me permita ser su enfermera de planta para estar al total conocimiento de lo que pasa con Angelito.

AL DIA SIGUIENTE
CLINICA SALVATIERRA/HABITACION DE ANGELITO 




Sara va hacia la habitación de Angelito para conocerlo, ella le tiene muchísimo cariño a todos los niños y niñas que atiende en el hospital ya que todos le recuerdan a su hijo perdido pero esta vez es algo más especial, su corazón se le quiere salir al conocer al niño.

Sara: (Muy emocionada) ¿Así que tu eres Angelito? ¡Eres precioso! Dime ¿Cómo te sientes?

Angelito: Mucho mejor doctora, desde ayer que llegué me han dado mucha comida

Sara:(Fascinada con el niño) Ay pues que bueno que te guste la comida y que te comas toditititio ¿Eh? Porque entre mejor te alimentes, más rápido te alivias y más rápido te vas a casa

Angelito: Pero yo no me quiero ir a casa, bueno por lo que quiero irme es para jugar con mi amigo porque a él no lo dejaron entrar a verme, no más entraron su mamá Elvira, su papá el Chúmale, mi nana Chole y la Toña porque es enfermera pero extraño a mi amigo.

Sara: Ay pero mira no más cuántos amigos tienes que te vienen a visitar, se ve que te quieren mucho, pero para que veas, como a los niños no les permiten entrar a visita pues te tienes que aliviar pronto para que puedas volver a casa y jugar con tu amigo y bueno dime porque no tienes muchas ganas de ir a casa.

Angelito: Es que somos muy pobres, mi apá trabaja rete harto pero apenas alcanza el dinero, aquí todo es más padre, la cama es mas blandita, no hace calor, me baño con regadera, allá en la casa me tengo que bañar con un bote y una cubeta.

Sara: (Conmovida por las palabras del niño) Mira Angelito, vamos a hacer una cosa, cuando te den de alta aquí en el hospital te vas a ir a vivir junto con tu papá a mi casa, él trabaja como jardinero ahí y pues puede quedarse a dormir junto contigo en el cuarto de servicio, donde hay cama blandita como aquí, baño con regadera y por supuesto mucha comida que no te va a faltar.

Angelito: (Emocionado) ¿De veras doctora? ¿Y podrá ir mi amiguito a jugar ahí conmigo?

Sara:Claro que sí mi niño lindo, le da un beso en la frente y lo abraza sintiendo como se le desborda el corazón sin entender por qué, supone que es por lo gracioso del niño y que está enfermo que la conmueve y por tratarse del hijo de don Eduardo al cual le ha tomado mucho cariño también por ser un hombre bueno, honesto y trabajador. En eso llega Toña.

Toña: Buenos días doctora Salvatierra, quería pedirle si por favor me podría quedar de enfermera de planta de Angelito, es que ¿Sabe? Yo lo conozco desde chiquitito, yo le cambiaba los pañales y le daba su biberón, bueno mi ama y yo somos como sus mamás.

Sara: Claro que sí Toña, de hecho yo te iba a pedir que te cambiaras para esta área del hospital precisamente para que atiendas a Angelito ya que ya sabía que era tu vecinito y amigo, lo que no sabía es que tu y tu mami lo habían creado.

Angelito: Ay que bueno que la Toña va a ser mi enfermera porque con ella ni siento cuando me pican para ponerme el suero, tiene la mano muy suavecita 

Sara: (Sonriendo) Bueno entonces ahí te lo encargo Toña, que los médicos tenemos junta dentro de cinco minutos 
 
MANSIION ARISMENDI/SALA  




Doña Claudia  se encuentra leyendo en la sala cuando en eso entra Irma muy contenta.

Irma: (Feliz) Mamá, mamá felicítame, acabo de realizar el examen profesional ¡Y lo aprobé por unanimidad! ¡Además con reconocimiento y honores!

Doña Claudia: (Se levanta y abraza a su hija) ¡Ay mi vida, que alegría, muchísimas felicidades mi amor! ¡Siempre supe que lo lograrías!

En eso entra don Eduardo.



Don Eduardo: Disculpe señora, le quería pedir permiso para ir a la clínica a visitar a mi chamaquito, es que desde ayer en la tarde no lo he visto y no se como seguiría de salud, a ver si ya me lo dan de alta.

Doña Claudia: Claro que sí don Eduardo, es mas, tómese el día libre por favor.

Don Eduardo: Ay muchísimas gracias señora.

Irma: Don Eduardo, espere por favor, yo misma lo llevaré en mi auto que también voy para la clínica, necesito contarle a mi papá este gran noticia. (Irma se despide de su mamá con un beso en la mejilla y se lleva a don Eduardo en su auto a la clínica)

CLINICA SALVATIERRA/SALA DE JUNTAS  




Sara: (Preocupada y triste ) Entonces ¿No hay duda? ¿Ese niño tiene leucemia?

Dr. Quiñones: Así es lamentablemente doctora Salvatierra, ya realizamos todos los estudios clínicos correspondientes y ese es el resultado, pero lo bueno es que estamos a tiempo de realizar un trasplante de médula ósea con algún familiar que sea compatible con el niño.

Sara: Sí, lo malo es que su padre es ya mayor de edad, si acaso sí es compatible con el niño, temo que resista la operación y parece ser que el niño no tiene ni mamá ni hermanos. Investigaré bien con el padre, ahora mismo hablo con él.

Dr. Quiñones: El Ingeniero Químico que recibió al niño cuando recién llegó a la clínica, me dijo que él se encargaría de hablar con el señor, seguramente ahora mismo lo está haciendo.

Sara: A esta bien, gracias doctor Quiñones y ¿Cuál es el nombre del Ingeniero Químico?

El doctor Quiñones estaba a punto de decirle el nombre de Alberto Arismendi a Sara, cuando en eso entra un enfermero a la sala de juntas diciendo:

Enfermero: ¡Discúlpen señores médicos, pero acaban de llegar varias ambulancias con niños que vienen de una guardaría que se incendió!

Todos los médicos que estaban en la junta se ponen de pie inmediatamente y corren a atender a los niños afectados por el incendio.

CONTINUARÁ...

Escrito por Gloria Amparo

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