Sara y Alberto han sido presentados por don Octavio, quedando los dos tremendamente impactados y al mismo tiempo a los dos les empieza a palpitar el corazón como si se les fuera a salir, sintiendo el uno por el otro un amor intenso, como si los años que pasaron lejos el uno del otro, en vez de lograr que se olvidaran, hubieran incrementado ese gran amor, siendo ahora ya no un amor de adolescentes, sino un amor maduro.
Alberto: (Feliz de volver a ver a su gran amor imposible) ¡Sarita! ¡Qué felicidad volver a verte!
Sarita: (Con sentimientos encontrados de amor y tristeza) ¡Sí, qué felicidad!
Don Octavio: (Sorprendido) ¿Ya se conocían?
Alberto: (Reaccionando ante las palabras del Dr.) Sí, sí Dr. Salvatierra, ella es mi prima, hacía años que no nos veíamos.
Sarita: (Recuperándose de la sorpresa) Si, desde hace casi 7 años que no nos habíamos vuelto a ver.
Don Octavio: Pues vaya coincidencia que se hayan reencontrado aquí. Bien yo los dejo para que platiquen que tengo que revisar a algunos pacientes. Con permiso.
El doctor Octavio se va y los deja solos.
Alberto: De verdad Sarita que esto ha sido una gran sorpresa para mi, sabía que esta era la clínica de tu suegro pero jamás me imaginé que tu trabajabas aquí, que habías estudiado para médico.
Sarita: (Hablando con un poco de rencor) Claro, creíste que al morir mi esposo Carlos, mis suegros me corrieron a patadas ¿Verdad?
Alberto: No Sarita, no precisamente, veo que me guardas mucho rencor y tienes razón, la última vez que tu y yo hablamos yo te traté muy mal, pero lo que pasa es que yo... (Piensa en que estaba muy celoso pero no se atreve a decirlo) Bueno, no sabes como me arrepentí de haberte hablado así, después quise volver a buscarte pero tuve que irme al extranjero a estudiar, mi mamá ya tenía listo los boletos de avión y todo, no hubo tiempo de buscarte, pero aún es tiempo Sarita, yo quisiera que habláramos largo y tendido.
Sara: Yo también necesito que hablemos Alberto, necesito contarte muchas cosas que tu ni siquiera te imaginas, pero ahora no, tengo pacientes que atender.
Alberto: Si yo también estoy en horas de trabajo, solo vine a hablar un rato con el doctor Salvatierra pero que te parece si nos vemos en la noche, vamos a cenar algún lado.
Sara: Prefiero que sea aquí mismo en la cafetería, a las 8:00 de la noche ya que hoy no me iré a casa, me regresaré a hacerle guardia a Angelito que por cierto, ya me enteré que fuiste tu quien le salvó la vida a ese hermoso niño, no sabes cuanto te lo agradezco.
Alberto: No tienes nada que agradecerme Sarita, yo solo cumplí con mi deber, don Eduardo no resultó compatible con él y yo me puse a investigar entre todo el hospital para ver si de milagro alguien resultaba compatible y para mi gran sorpresa fui precisamente yo quien resultó serlo.
Sara: (Muy seria) Bien, de todos modos muchas gracias, no cualquiera hace eso. ¿Y entonces qué te parece… está bien a las 8:00 de la noche en la cafetería de esta misma clínica?
Alberto: Sí Sarita, lo que tu digas está bien, a esa hora estaré presente.
MANSION SALVATIERRA/HABITACION DE AURORA
Panchita: (Dándole a Aurora sus medicinas) Aquí tiene señora, verá que se sentirá mucho mejor después de tomar su tratamiento médico.
Aurora: (Tirándole las pastillas y el vaso con agua a Panchita) ¡NO, NO QUIERO NADA, YO NO ESTOY LOCA!
Panchita: Señora, claro que usted no está loca, solo está un poco nerviosa y con estas medicinas que el doctor le recetó, usted se pondrá muy bien, ya lo verá. Iré a la cocina por otro vaso con agua para que se tome sus pastillas.
Aurora: ¡QUE NO ENTIENDES! No voy a tomar nada, todos ustedes creen que yo invento todo, que me estoy volviendo loca y no es así, lo que yo veo es real y mira Panchita, esos ruidos que escucho en la madrugada provienen de ese cuarto, del cuarto que era de Alma.
Panchita: (Tratando de tranquilizarla) Pues claro señora, como usted nunca quiere que entremos nadie a ese cuarto, ni siquiera a limpiar, pues ha de estar lleno de cucarachas y hasta de ratas y son las que producen el ruido que usted escucha, será mejor que entre a limpiar todo de una buena vez.
Aurora: (Más histérica aún) ¡NO! No te atrevas a entrar a ese cuarto ¡TE LO PROHÍBO ROTUNDAMENTE! ¿ESCUCHASTE?
BARRIO LA MOSCA/CASA DE DOÑA CHOLE
Doña Chole: (Emocionada) Ay mija, me da mucho gusto que hayas hallado el amor y que me tengas esa confianza de contármelo todo, pero tienes que tener mucho cuidado ¿Eh mija? No te vayas a dejar ir así nomás, tienes que invitarlo a que venga aquí para conocerlo y ver si sí tiene buenas intenciones.
Toña: Mamá ese es el problema precisamente, él si tiene buenas intenciones conmigo, me dijo que quería conocerte, pero dime mami, ¿Cómo le voy a decir que vivo aquí, en este barrio?
Doña Chole: Mira mija, no debes avergonzarte de tu origen y es más, si él te quiere bien, al saber que vives aquí, te va a admirar más, porque se dará cuenta que siendo tan pobre, te esforzaste y llegaste a cumplir tu sueño que tenías desde que eras una niña, el sueño de ser enfermera.
Toña: Pues sí ama, pero pues como que no es tan fácil
Doña Chole: Bueno pero no me has dicho ¿Quien es, como se llama?
Toña: Se llama Roberto Arismendi y es hermano gemelo del Ing. Químico Alberto, el que le salvó la vida a nuestro Angelito.
Doña Chole: (Feliz) Ay mija, si es hermano y además gemelo del Ing. Químico Alberto, entonces quiere decir que es un muchacho excelente, no he podido conocer al Ingeniero pero ya tan solo con saber que le salvó la vida a mi Angelito siento que lo quiero rete harto.
Toña: (Suspirando) Si ama, Roberto es tan buena persona como Alberto.
Doña Chole: ¿Y el tal Roberto también trabaja ahí en la clínica junto con ustedes?
Toña: No, él no trabaja ahí y ahora que me lo preguntas, no se en donde trabaja, mañana se lo preguntaré
CARRETERA SOLITARIA/AUTO DE ROBERTO
Roberto: (Pensando con burla) Ay Toñita, vas a caer bien redondita, con el cuento que te eché de que quiero conocer a tu mamita y hablar formalmente con ella, jajaja ahorita seguro ya hasta haz de estar pensando que me quiero hasta casar contigo jaja.
De repente un auto le cierra el paso a Roberto, obligándole a frenar bruscamente
MANSION ARISMENDI/COCINA
Panchita: (Pensando) Pa' mí que esa obsesión que la señora Aurora tiene porque nadie entre al cuarto de la señora Alma que en paz descanse, la está poniendo nerviosa, seguro que yo tengo razón y ese cuarto ha de estar lleno de animales y son los que hacen ruido en la noche, así que cuando ella no se de cuenta entraré a darle una buena limpiada a ese cuarto pero me llevaré el machete porque puede que hasta una víbora me salga ahí.
CARRETERA SOLITARIA/AUTO DE ROBERTO
Los hombres del auto se bajan con metralleta en mano, son tres hombres y se acercan al auto de Roberto.
Roberto: (Asustado y sin salir del auto) ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren?
Hombre 1: (Se agacha para hablar con Roberto a través de la ventanilla del auto) Venimos de parte del jefe, ¿Creíste que viniéndote a México te librarías de él? (Riendo con burla) Te tenemos bien localizado y vigilado. Te manda el siguiente recado: Tienes solo 72 horas para reunir la cantidad que le quedaste debiendo, tu trae contigo esa cantidad completa y nosotros te localizaremos, si no traes completo, te despides de esta vida.
Los hombres se suben a su auto y arrancan, dejando a Roberto muy asustado.
MANSION ARISMENDI
Panchita entra al antiguo cuarto de Alma, con todos los utensilios para dar una buena limpieza al cuarto y hasta machete en mano por si le sale una serpiente o rata, pero solo encuentra muchas telarañas y arañas patonas, va limpiando con la escoba para darse paso y empieza a barrer y sacudir, de pronto se encuentra una fotografía de Alma con Sarita y la toma.
Panchita: (Suspirando y pensando) Ay tan guapa que era mi señora Alma y tan buena madre, quería tanto a Sarita, mi pobre niña Sarita que tanto hizo sufrir la señora Aurora y no paró hasta que la sacó de su casa.
En eso Panchita escucha ruidos y cree que es Aurora que se ha dado cuenta que entró al cuarto a pesar de que se lo prohibió y se asusta tanto que deja caer de sus manos el porta retrato y éste se rompe, Pachita lo recoge y ve que ha caído un papel, lo coge y se esconde en el baño, cuando ve que ya no hay ningún ruido, sale del cuarto, cierra con llave como estaba (Ella tiene las llaves de todas las habitaciones de la mansión) y se va a la cocina para disimular.
MANSION ARISMENDI/ COCINA
Aurora: (Entrando a la cocina) ¿Dónde estabas Panchita? Tengo rato buscándote.
Panchita: Ah disculpe señora es que estaba en el baño, pero ya me lavé las manos, dígame que se le ofrece
Aurora: Quiero que me lleves agua a mi habitación, tal vez mas tarde me anime a tomarme ese medicamento que me dabas en la mañana.
Panchita: Ay que bueno señora, ya verá que se sentirá mucho mejor, enseguida le llevo el agua a su cuarto.
CLINICA SALVATIERRA/CAFETERIA
Sara y Alberto están sentados a la mesa bebiendo café, deseosos de contarse cosas, sobre todo Sara que tiene que contarle todo lo que sucedió y lo de su hijo perdido.
Alberto: (Tomando las manos a Sara) Sarita, primero que nada quiero que por favor me perdones por la última vez que hablamos, fui muy brusco contigo pero la verdad es que yo estaba celoso, muy celoso de Carlos.
Sara: (Sorprendida) ¿Celoso?
Alberto: Sí Sara, yo siempre estuve enamorado de ti, pero como somos primos, no me atrevía a decirte nada y cuando me di cuenta que tu te habías enamorado de tu profesor Carlos y que hasta te embarazaste de él, pues yo me llené de rabia, primero no le creía a mi mamá cuando me lo dijo, pero cuando tu misma me dijiste que era verdad, sentí morirme.
Sara: Alberto, yo nunca estuve enamorada de Carlos, él siempre fue muy bueno conmigo y lo quise muchísimo y no sabes cuanto me dolió su muerte, aún me duele, pero nunca pude amarlo como él merecía porque nunca pude olvidarte, es a ti a quien siempre amé a pesar de nuestro parentesco.
Alberto: ¿No me digas que te entregaste a él solo para olvidarme a mi porque nuestro amor era imposible?
Sara: No Alberto, el bebé que yo esperaba no era de él sino tuyo.
Alberto: (Sorprendido) ¿Qué? ¿Pero de qué hablas Sarita? Si nosotros jamás...
Sara: ¿Recuerdas aquella fiesta a la que me llevaste con tu amigo y que luego al día siguiente me dijiste que te parecía que te habían echado algo de droga en la bebida?
Alberto: Sí lo recuerdo pero ¿Qué tiene que ver eso?
Sara: Pues en esa fiesta a mi también me drogaron y los dos hicimos el amor pero sin darnos cuenta, es decir, no estábamos conscientes de lo que hacíamos y al día siguiente no recordamos nada.
Alberto: ¿Y si no lo recordaste, entonces como lo sabes? ¿Y donde está ese niño, nuestro hijo?
Sara: (Sin poder evitar derramar lágrimas) Me lo robaron al nacer, en esta misma clínica, Carlos y mis suegros buscaron por cielo, mar y tierra pero nunca lo pudimos encontrar y la culpable de todo fue...
En eso le suena el celular a Sara y ve un mensaje de texto que se trata de una emergencia en el mismo hospital.
Sara: (Secándose las lágrimas y poniéndose de pie) Lo siento Alberto, pero me necesitan, tengo que atender a un paciente
Alberto: Sí está bien Sara pero mañana por favor lo más temprano que se pueda, tenemos que seguir hablando.
Sara: Sí claro, nos vemos.
MANSION ARISMENDI/HABITACION DE AURORA
Aurora: (Pensando) No me tomaré para nada ese medicamento para locos que me recetó el psiquiatra, mejor me tomaré mis pastillas de siempre para dormir, esas sí que me relajan.
MANSION ARISMENDI/COCINA
Panchita cuando ve que Aurora se ha quedado dormida en su habitación, saca de la bolsa de su delantal, el papel que se encontró en el cuarto de la difunta Alma, la madre de Sarita, lo desdobla y se da cuenta que es una carta de don Ricardo Arismendi, el abuelo de Sara, dirigida a Alma y Panchita empieza a leer.
Hija, mi única y adorada hija Alma, espero que pronto encuentres esta carta que hoy estoy escondiendo aquí junto con tu foto y la de mi queridísima nieta Sarita, la vida se me va y no tengo tiempo para esperar que regreses de allá donde te mandé a esconder junto con mi nieta, por avergonzarme injustamente de ustedes, hoy me doy cuenta que cometí un grave error y ojalá puedas perdonarme algún día. Cuídate mucho de Aurora, ella realmente no es tu hermana, la adoptamos tu madre y yo porque nos dio pena que quedara huérfana al morir su madre cuando la dio a luz, su madre fue nuestra sirvienta, antes de que llegara Panchita, la niña no tenía ningún familiar y por eso decidimos adoptarla como nuestra hija pero ella resultó ser mala, ha descubierto que es adoptada y en vez de agradecer a tu madre y a mí, nos odia y te odia a ti y por eso intrigó contra ti y contra tu novio para que yo me portara como lo hice, pero fue hasta después cuando me di cuenta, cuando el daño ya estaba hecho, me temo que hasta pretenda matarnos para quedarse con la herencia, lo que tu tienes que hacer mi querida Alma, es acudir con el licenciado Rodolfo Gutiérrez, él tiene en su poder, el testamento ya modificado, donde tu y solo tu eres la dueña absoluta de todos mis bienes y al morir tu, legalmente todo le pertenecerá a Sarita
Panchita termina de leer la carta y queda impactada.
Panchita: ¡Dios mío! ¿Y ahora que hago con esta carta? Bueno por lo pronto me la llevaré a mi cuarto y la guardaré muy bien mientras pienso que hago
Panchita: (Pensando y estando ya en su cuarto) Entonces quiere decir que el accidente donde murieron mis antiguos patrones, los padres de la señora Alma, no fue un accidente sino ¿Un atentado? ¡Dios mío! Según lo que he entendido de esta carta es que la señora Aurora al enterarse de que era adoptada, se enojó y amenazó al señor Ricardo y él ya no tuvo tiempo de hablar con la señora Alma, sino que solo dejó esta carta escondida, pero ella jamás la leyó porque nunca la encontró, Dios mío, Dios mio que fuerte esta información, tendré que guardar muy bien esta carta que nadie, nadie la encuentre, mientras pienso que es lo que debo hacer.
Panchita guarda en su ropero, bajo llave, la carta y se recuesta para dormir, aunque no logra hacerlo por la mortificación. Mientras tanto en la habitación de Aurora, ella se ha tomado las pastillas para dormir que siempre ha acostumbrado y queda completamente dormida pero para su mala suerte en vez de descansar y con ello lograr tranquilizarse...
MANSION ARISMENDI/HABITACION DE ALMA
Aurora: (Sintiendo que no puede respirar, despierta) ¿Qué? ¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo respirar bien? ¡Estoy encerrada! ¿Pero dónde?
Ella avienta con su brazo hacia arriba y la puerta logra abrirse, dándose cuenta que estaba dentro de un ataúd, ella sale corriendo inmediatamente de ahí y una vez estando fuera del ataúd, observa lo que hay ahí adentro, que es lo que la tocaba, casi abrazaba.
Aurora: (Totalmente histérica) ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Ella sale corriendo de ese cuarto para irse al suyo, gritando despavoridamente, los gritos se escuchan en toda la mansión y en esos precisos momentos va llegando Roberto, que de por si venía bien asustado con lo de la amenaza de los tres hombres y sube a ver a su mamá, al mismo tiempo llegan a ver que pasa Panchita y Mario que ya estaban dormidos pero se alarmaron con el grito de Aurora y se levantaron para ver qué sucedía.
Roberto: (Molesto más que preocupado por su mamá) ¿Qué pasa mamá? Ahora cada vez que llego a casa me encuentro con tus gritos
Aurora: (Temblando de miedo) Me encerraron en un ataúd, junto a un esqueleto
Panchita: Ay señora, seguro que no se tomó siempre los medicamentos que le recetaron ¿Verdad?
Aurora: ¡NO ESTOY LOCA PARA TOMAR ESO! ¡LO DEL ATAUD ES VERDAD, VAYAN USTEDES MISMOS Y VEANLO! (Señalando hacia el cuarto de Alma)
Los tres, Mario, Panchita y Roberto se asoman al cuarto y no logran ver nada raro, solo las telarañas que ya de día había visto Panchita.
Roberto: Mamá aquí no hay nada, seguro lo soñaste, pero mientras sigas terca en no tomarte lo que te recetaron pues ... (Y se va a dormir a su habitación sin darle mas importancia al asunto)
Panchita se da cuenta de un pequeño detalle del cual nadie mas se fijó y es que la habitación estaba abierta sin llave.
Panchita: (Pensamiento) Pa`mi que la señora Aurora no está loca, sino que alguien la está queriendo volver loca, ese cuarto yo lo cerré perfectamente bien con llave en la tarde, entonces, ¿Quién lo abrió? (Dirigiéndose a Aurora) Señora si no se le ofrece nada me retiro a descansar.
Aurora: (Resignada) Está bien Panchita, puedes irte a dormir.
Panchita: Con su permiso señora.
Panchita se va y Aurora queda a solas con Mario quien no ha pronunciado ni una sola palabra, solo ha estado observando todo.
Mario: Bueno yo también ya me voy a dormir de nuevo, que descanses princesa
Aurora: Espera Mario, se que tu también piensas que yo me estoy volviendo loca, pero te juro que todo es real y mira, te voy a pagar muy bien, es más, tu vas a poner la cantidad que quieras a cambio de que me ayudes a descubrir quien es la persona que me está poniendo estas trampas, alguien seguro me quiere volver loca para quedarse con toda la herencia, te juro que si tu descubres quien es esa persona, te tomaré en cuenta en mi testamento junto con mis dos hijos y claro no tendrás que esperar a que me muera, porque en cuanto lo descubras te daré como ya dije antes, todo lo que me pidas.
AL DIA SIGUIENTE
CLINICA SALVATIERRA/CONSULTORIO DE SARA
Alberto llega muy temprano y toca la puerta
Sara: (Revisando algunos expedientes médicos) ¡Sí adelante!
Alberto: (Entrando al consultorio de Sara) Buenos días Sarita, se que es muy temprano y apenas empiezan nuestras labores pero me dejaste muy intrigado anoche con todo lo que me contaste, de echo me tocó guardia anoche y no me podía concentrar en el trabajo.
Sara: Si Alberto entiendo y además eso que te conté no fue todo, falta lo peor. y debido a la importancia del asunto lo tenemos que hablar ahora mismo aunque sea horas de trabajo.
Alberto: Es que no entiendo nada ¿Cómo fue que te enteraste de que tu y yo... si dices que no recuerdas nada al igual que yo? ¿Por qué no me dijiste nada y te casaste con Carlos? ¿Y quien se robó a nuestro hijo?
Sara: Son muchas preguntas y todas tienen respuestas Alberto, pero siéntate por favor, mira yo no recordaba nada de lo que pasó en esa fiesta pero cuando me enteré que estaba embarazada empecé a recordar cosas, cuando tu mamá se enteró me corrió de su casa y Carlos para protegerme a mi y darle un apellido a mi hijo me ofreció matrimonio, yo no acepté al principio porque estaba enamorada de ti, pero cuando tu llegaste aquel día a la escuela a buscarme y no me permitiste que te explicara nada, fue cuando decidí casarme con él, tiempo después recordé que quien me había drogado en esa fiesta y tratado de besarme a la fuerza, había sido tu hermano Roberto, entonces yo supuse que él me había violado y fui a tu casa y se lo reclamé a Roberto, el cual obviamente lo negó, pues él no me había violado realmente, pero yo creí que solo era un cínico, mi tía Aurora como de costumbre me humilló y me sacó a empujones de ahí, Irma la hermana de Carlos estaba con ella, en la madrugada de ese mismo día me puse muy mal por lo mismo y el parto se me adelantó, todo era felicidad, nuestro hijo a pesar de ser prematuro nació sano y hermoso, lo tuve en mis brazos, lo amamanté pero la enfermera se lo tuvo que llevar a los cuneros para revisión médica y que estuviera en las incubadoras por lo prematuro, al rato llegaron mis suegros a conocerlo y fue cuando nos dimos cuenta que ya no estaba, lo buscamos por meses, hasta que un día Irma no pudo más con su consciencia y terminó confesándonos a toda la familia que ella y Aurora se lo había robado.
Alberto: (Impactado) ¿Qué? Pero ¿Por qué mi mamá e Irma hicieron tal cosa? Y además si Irma confesó ¿Por qué entonces no lo recuperaron?
Sara: Irma confesó que estaba muy enamorada de ti y que por lo tanto sentía mucho odio hacia a mí porque ella había estado presente en esa fiesta y se había dado cuenta de todo lo que pasó entre tu y yo y como no quería que ese niño nos uniera pero tampoco quería que su hermano estuviera unido a mi por proteger a mi hijo, se le ocurrió un plan, hablar con Aurora y contarle toda la verdad y robarse al niño, según Irma lo hizo sin pensar, por inmadurez, por celos, se le hizo fácil robarse al niño y entregarlo a un orfanato o una iglesia para que lo adoptara otra familia, pero Aurora no quiso eso, una vez que tuvo al niño en su poder, lo abandonó en un basurero (Suelta el llanto)
Alberto: (La abraza y llora también) Perdóname Sarita, perdóname por favor, Dios cuanto daño te hice y le hice a nuestro hijo
Sara: No Alberto, en realidad tu también fuiste una víctima al igual que yo y que nuestro hijo
Alberto: Pero lo que aún no logro entender es ¿Por qué Irma y mi mamá no te regresaron a nuestro hijo? ¿Acaso murió? (Lo pregunta muy triste)
Sara: No lo sé Alberto, lo que pasó es que Irma nunca pudo recordar donde exactamente lo abandonaron, solo recuerda que era un basurero y Aurora me dijo que jamás me lo diría, Carlos fue a exigirle que se lo dijera y al pobre le dio un paro cardíaco del coraje que ella le hizo hacer al negarse rotundamente a decirnos en donde había abandonado a nuestro hijo, Aurora es la culpable de la muerte de Carlos. (Llorando de nuevo)
Alberto: (Muy angustiado) Es que no puede creer que mi propia madre sea tan perversa, nunca fue buena contigo, siempre te humillaba y trataba bastante mal, pero jamás la creí capaz de algo así tan monstruoso. Pero debiste haberla denunciado Sarita.
Sara: Lo iba a hacer pero ella me dijo que aunque la misma policía la tortura o le diera cadena perpetua, jamás diría donde dejó al bebé y que además diría que Irma fue la autora intelectual y pues como mis suegros estaban inconsolables por la muerte de Carlos, no podía darles ahora la pena de que su hija fuera a dar a la cárcel, porque se hubieran muerto de la angustia y la vergüenza, ellos son tan buenas personas, tan nobles y además como te digo, nada hubiera ganado con echarlas a la cárcel, Irma que por cierto todo este tiempo ha vivido muy arrepentida y por mas que intenta no puede recordar en donde fue donde tiraron a mi hijo y Aurora pues jamás dirá la verdad.
Alberto: Ahora entiendo porque mi madre se está volviendo loca, es su consciencia que no la deja tranquila, ¿Sabes que ve alucinaciones? El otro día que fue el evento de los niños con cáncer, ella se quedó encerrada en el baño y según ella vio a una mujer con sangre que le pedía que le devolviera a su hijo y desde ese día ni duerme ni nos deja dormir, todas las noches despierta por las madrugadas gritando que ve a esa mujer por la casa, pero hoy mismo la voy a enfrentar y le exigiré que me diga donde dejó a nuestro hijo.
Sara: (Sonriendo sospechosamente) Sí Alberto, siento mucho que sea tu madre, pero tiene que pagar todo lo que nos hizo a mi mamá, a mi hijito, a Carlos y a mí
Alberto: Sí Sarita, te entiendo perfectamente, hasta yo que soy su hijo, empiezo a sentir que la odio, es que no se como no se tocó el corazón para hacer tal cosa, si tan solo lo hubiera abandonado como dijo Irma en un orfanato o en una iglesia pero en un basure... Oye un momento, (El rostro de Alberto de pronto se torna muy feliz) ¡Sarita! ¡Sí! ¡Sí claro!
Sara: (Extrañada) ¿Qué te pasa Alberto?
Alberto:(Feliz) ¡Sarita, nuestro hijo está más cerca de nosotros de lo que hubiéramos imaginado!
Sara: ¿De qué estás hablando Alberto?
Alberto: ¡De Angelito! ¡ANGELITO ES NUESTRO HIJO SARA, NUESTRO HIJO!
En ese preciso momento Toña llega y está a punto de tocar la puerta para entregarle unos informes médicos a Sara, pero al escuchar lo que Alberto acaba de decir, se detiene para escuchar mejor.
Sara: Pero Alberto ¿Te has vuelto loco? ¿Por qué aseguras que el hijo de don Eduardo es nuestro hijo?
Alberto: No hay duda Sara, Angelito es nuestro hijo, ese hijo que nos robaron y ahora que lo hemos encontrado todos los que tuvieron que ver con su secuestro pagarán muy caro
Cuando Toña escucha esto último que dijo Alberto, sale corriendo hacia el cuarto de Angelito que es donde se encuentra don Eduardo, el niño está dormido y Toña aprovecha que Angelito no escucha nada para contarle todo a don Eduardo.
Sara: Pero explícame por qué estás tan seguro de que Angelito es nuestro hijo si es hijo de don Eduardo
Alberto: No, no Sarita, Angelito no es hijo de don Eduardo por eso él no pudo donarle su médula ósea, me tuvo que confesar que no era posible que fuera compatible con él ya que no lo une ningún lazo de sangre con el niño, él se lo encontró hace 6 años en el basurero y lo creó y amó como si fuera su propio hijo pero no lo es. ¿Te das cuenta? Todo coincide, el tiempo, 6 años, el lugar, el basurero y lo mas importante de todo, nuestro grupo sanguíneo, nuestra compatibilidad y ADN, esa es la prueba mayor de que Angelito es mi hijo, nuestro hijo, ahora me explico por que resulté compatible con él, no era un simple milagro por salvarle la vida al niño, sino que era el milagro de encontrar a nuestro hijo.
Sara: (Llorando de felicidad) ¡Gracias Alberto, gracias a ti encontré a mi hijo¡ pero vamos con él, a su habitación, me muero de ganas de abrazarlo y besarlo, con razón cuando lo conocí sentí en mi corazón ese algo tan especial, cuando lo abracé por primera vez fue la misma emoción que sentí cuando nació y lo tuve por vez primera en mis brazos.
Alberto: (Abrazando a Sarita) Vamos pues, aunque todavía no le podemos decir así de golpe que somos sus padres, pero si lo podemos abrazar y apapachar y es que él nos quiere tanto como nosotros a él y sin saber que somos sus padres.
Sara: (Avanzando hacia la habitación de Angelito) Sí es verdad, es que es tan cariñoso, tan lindo, oh Dios es tan grande, por fin vuelvo a ser feliz, tan feliz como cuando él nació.
El rostro de felicidad de Alberto y de Sara cambia totalmente a una de angustia, al ver que la habitación de Angelito está completamente vacía.
CONTINUARÁ...
Escrito por Gloria Amparo
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